Derrite la nieve de tu mente
- Jimena Mágica

- 5 nov 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 27 nov 2020
Un pensamiento es como un copo de nieve. Si lo dejas ir se derrite fácilmente, pero si sigues pensando una misma idea, pronto llegará una idea similar. Ahora son dos copos de nieve. Sigue pensándolos y pronto llegarán más, cada vez más fuertes. Sigue pensando en lo mismo y pronto ya tienes una pequeña bola de nieve. Claro, si la bola de nieve te gusta, lo único que tienes que hacer es darle más de tu atención, ¿pero qué pasa cuando la bola de nieve se convierte en angustia, tristeza, preocupación o ansiedad?
Absolutamente todo está hecho de energía: el mar, las nubes, los árboles, tus células, cada latido de tu corazón, ¡y tus pensamientos! Tus pensamientos SON energía. Entre más enfoques tu atención en una idea, más crecerá su poder dentro de ti y en tu vida.
Observa qué sensaciones se producen en tu cuerpo cuando piensas lo que piensas. Si una idea te hace sentir bien, adelante, ¡sigue pensándola! Pero si lo que piensas te causa sensaciones desagradables, ¿qué necesidad tienes de seguirlo pensando? ¿De verdad tienes ganas de sentirte así?
La "mala noticia" es que para frenar el tren de la mente, en especial cuando viaja a gran velocidad, se requiere poner mucha atención y consciencia. La buena noticia, es que con la práctica es posible domar a los pensamientos y hacer que trabajen para ti. Por más nieve que haya dentro de tu cabeza, una vez que te haces consciente de lo que estás pensando, tú mismo te conviertes en el sol que derrite cualquier malestar. No se trata de evadir la realidad, sino de domar tu voz interna, de contarte a ti misma una historia más amable.
No estás obligado a pensar nada en específico, tienes toda la capacidad de mover tu mente a donde te plazca. Y sólo tú tienes el poder de quitarle tu atención a una idea, o de seguirle dando tu tiempo y tu energía.
Si ya detectaste que hay ciertos pensamientos que te fastidian, intenta derretirlos cuando empiezan. Entre más pequeña es la bola de nieve, más fácil será desaparecerla. Y para evitar que se desate una avalancha de negatividad, cambia tu atención a otra idea. Muévete, sal a caminar aunque sea una vuelta a la manzana, llámale por teléfono a una persona que te cae bien, échate agua helada en la cara... Haz lo que tengas que hacer para frenar la inercia de los pensamientos que te envuelven. Conviértete en el dueño de tu mente, momento a momento. Recuerda que tú eres la persona que más influencia tiene sobre ti.



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