Quiérete muchísimo

¿Cuándo fue la última vez que dijiste o pensaste algo bueno sobre ti mismo? Si tienes que hacer memoria para acordarte, quiere decir que ya pasó demasiado tiempo. En cambio, ¿cuándo fue la última vez que pensaste o dijiste algo negativo sobre ti? ¿Fue hace poco? ¿Ayer? ¿Hoy en la mañana?

Reprocharte por tus fallas y culparte por lo que no está saliendo como te gustaría es un hábito que vibra muy abajo. No importa si en realidad te equivocaste o si simplemente tienes la costumbre de pensar mal sobre ti mismo. De cualquier forma, cada vez que te desprecias o hablas mal de ti, tu energía se desinfla. La buena noticia es que lo puedes cambiar, incluso si crees que mereces ese maltrato de tu parte.

Cuando detectes que estás a punto de criticarte o si ya no te dio tiempo de evitarlo y te das cuenta de lo que acabas de decir o pensar, transforma la vibración negativa diciendo o pensando algo positivo sobre ti.

Si te tropiezas, no te digas torpe, agradece tu cuerpo y continúa. Si te equivocas, no te juzgues, reconoce que eres humano y que hiciste lo mejor que podías en ese momento. Si no te gusta cómo se ve tu piel hoy, no te insultes, apréciate tal cual eres y reconoce algo lindo sobre ti.

Trátate a ti misma con todo el cariño y el amor que le darías a la persona que más quieres en el mundo, para que con la práctica se convierta en un hábito. Y si lo quieres llevar a un nivel más potente, acostúmbrate a pensar y a hablar bien de ti en cualquier momento. Se vale que te aplaudas, que reconozcas tus éxitos, tus deseos y lo bueno que hay en ti. Sé más tolerante contigo, date permiso de fallar sin que tus fallas te definan, felicítate diario por tus avances, reconoces tu valor. Elógiate al menos una vez al día, no desde la vanidad, sino desde el amor propio. Quiérete muchísimo y toma las tiendas de tu propia vibración.